OTRA VEZ

Estamos los dos sentados separados por una arruga en la cama. La oscuridad nos rodea y nos separa mas que la arruga. Nuestros cuerpos alargados y contraidos aislados por silencio y oscuridad reflejan nuestras culpa.
La ropa quiere abandonarnos y a pesar de toda la culpa, solo esperamos la menor esxcusa para abrazarnos, para besarnos y revolcarnos.
Nuestros pensamientos se entretienen en las luces, el telefono y el menu del hotel. Poco a poco nuestras manos se deslizan salvando la distancia y saltando por encima de la arruga en la cama, apenas se rozan y enseguida se encienden nuestros cuerpos. La explosion no es inmediata, es un calor que va subiendo por nuestros brazos y que nos da el valor para girar nuestras cabezas y mirarnos a los ojos.

Foto por M.Urosa

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