A las once y treinta y ocho

Contempla el reloj con impaciencia

En la habitacion, el golpeteo de sus pies suena como truenos

Quiere tomarla , abrazarla con fuerza y ternura

El viento azota su ventana cual huracan

Los arboles se abrazan

Los arboles se alejan, y se vuelven a abrazar

El viento deja de golpear a la ventana

El mira la grieta que avanza por el piso

Recordo con sus manos

Deseo y recordo

Se levanta y abre la ventana

Una rafaga de viento juega con el

Siente una voz que le dice al oido, te quiero

A las once y cuarenta y ocho

Contempla el reloj con alegria

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